Nos adentramos en estos días a
una serie de trajines y movimientos cofrades que son los preámbulos a nuestra
Semana de Pasión. En estos días, las diversas cofradías y hermandades se
preparan para enseñar, educar, ilustrar a la ciudad sus diferentes cortejos
procesionales. Ya se esta acercando el momento donde las escuadras se formen,
donde los nazarenos deslicen suavemente la caperuza, donde los costaleros traguen
saliva ante la primera levantada, y, donde todo deba transcurrir con total
normalidad dentro del gran laberinto que es una estación de penitencia.
Es el momento de hacer una
reflexión. Es el momento de mirar a nuestro alrededor y no caer en lo mundano y
banal. Aquí, en nuestras cofradías y hermandades NO vale el todo por el todo.
Debemos de seguir una ética personal e inconfundible que diferencie a cada
hermandad y cofradía de las demás. Aquí NO vale el poner un año las rosas
amarillas y otro año rojas. Aquí NO vale poner un “ querubín “ en un lugar o en
otro. Aquí debemos de ser consecuentes con nuestros actos y, tener una misma línea
donde no sobrepasemos lo sutil de lo payaso.
Se acercan tiempos muy
complicados para las hermandades y cofradías de nuestra ciudad. Este año se
vera lo que aguantan una de otra. Tenemos el ejemplo ya, por desgracia, de una
hermandad que no sabe si va a poder sacar su palio a la calle. Y, por
desgracia, mucho me temo que es el empezar de algo que, como dicen los antaños,
no barrunta para bien.
Debemos de seguir una misma
línea. Estamos hablando de años y años de trayectoria cofrade. Estamos hablando
de profundas raíces que no podemos, ni debemos sobrepasar porque entonces esto –
las hermandades y cofradías – se pueden
convertir en un “trajín de chiquillos “que pueden llevar a la deriva esto. Tengamos
mucho, pero mucho cuidado con lo que hacemos, y, llevemos siempre la misma
dirección.
Si profundizamos en estos cambios
que estamos sufriendo, estamos viendo, como se están montando altares para los
cultos llenos de velas. Se esta recurriendo a esa iluminación del XVIII. Se
esta volviendo a detalles que son propios de lo nuestro. Pero aquí el cambio o
lo diferente NO vale. Debemos de tener mucho cuidado con el cambio. Ejemplo de
ello es el Nazareno de Carmona. Ese paso es diferente a lo que estamos
acostumbrados a ver. Podrá parecer más bello o menos, pero es diferente.
Sigamos con lo propio y con lo tradicional. Aquí NO vale el todo por el todo. Esto es historia.
Mucha historia y mucha pasión de sentimientos para que entre unos pocos “ rompan
“ esta armonía.
Las mezclas con casera.